
Si de familias wilders se trata, visitar Cuba es un viaje imperdible. Un destino vivo, donde el tiempo transita de otra manera y nos invita a descubrir su misterio: tesoros naturales, históricos y culturales. Se trata de un viaje íntimo y extrovertido, lleno de dicotomías que amplían nuestra mirada y nos alejan de prejuicios.
Cuba es magia. Este país insular compuesto por Cuba, la isla más grande del mar Caribe, la Isla de la Juventud y más de 4000 islotes y cayos, nos maravilla con su naturaleza exuberante, su historia enigmática y tantas conquistas como anhelos.
Mestiza y auténtica, la cultura cubana integra un origen taíno con influencias africanas, europeas y norteamericanas. Este pueblo se abre con honestidad a cada visitante y nos comparte la alegría de su gente, al ritmo de la salsa, con aromas a tabaco y ron, el cariño por los niños y niñas y una gran solidaridad.
Paraíso natural que impacta, sus playas son de arena blanca como el azúcar y aguas turquesas y cálidas, donde los baños en familia son el deleite. Como en Playa Paraíso o Playa Sirena en Cayo Largo del Sur, o el reconocido Varadero. Cuba además nos sorprende con sus montañas, bosques, pantanos y campos de tabaco, una aventura rural tropical imperdible, que vivimos en Topes de Collantes o la Sierra del Escambray.
Y si hablamos de historia, Cuba amalgama grandes hitos vivos en sus calles. La conquista española, ataques piratas, una época dorada y el lugar donde la revolución cubana fue posible. Por eso visitamos sus inolvidables ciudades patrimoniales como La Habana, Trinidad y Cienfuegos.
Viajar a Cuba con niños y niñas es seguro y además un viaje que quedará guardado en lo más profundo de nuestros recuerdos. Un viaje por el tiempo pasado, por épocas que allí recobran vida, por el tiempo presente, al ritmo de sus calles y por un tiempo futuro, con grandes promesas.
Tabaco, café, helado y ron, el patrimonio de Cuba atraviesa nuestros sentidos. La música cubana vuelve nuestro viaje una fiesta en familia, al ritmo del son cubano. La Habana es cita obligada, con su malecón, la arquitectura colonial de La Habana Vieja, el capitolio y otras reliquias, como pasear en un coche de la década del 50’, toda una experiencia de película. Vivimos además el paraíso natural de Cuba con actividades al aire libre como buceo o senderismo, siempre desde propuestas locales para conocer Cuba desde lo más íntimo.
La gastronomía cubana es caribeña, con identidad propia e integra influencias españolas y africanas. Sus platos son sencillos y siempre caseros, a base de legumbres, verduras frescas y carne principalmente de cerdo y pescado, lo que facilitará la degustación para los pequeños. Algunas opciones son Moros y Cristianos, arroz con frijoles negros, Yuca con mojo, Ropa Vieja, vegetales con carne, o el Congrí, frijoles colorados y carne de cerdo. Probaremos además sus frutas tropicales, como papaya, mango o mamey.
Visitar Cuba nos invita a descubrir uno de los destinos más sostenibles del mundo, con altos resultados en su Índice de Desarrollo Humano, gracias a la educación y salud de sus ciudadanos y por su Huella Ecológica que reduce su huella de carbono y extiende sus tierras cultivables. Vivimos esto de cerca, visitando Pinar del Río, la provincia con más zonas protegidas de Cuba, como el Parque Nacional de Viñales declarado Paisaje Cultural de la Humanidad y la Península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Se requiere de una Tarjeta del Turista de Cuba que puede solicitarse vía online
Son varias las compañías locales e internacionales que realizan vuelos directos a La Habana desde distintos puntos de España. El viaje puede tardar unas 9 horas, pero sin escalas y con diferentes opciones de días y horarios
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