VIAJES A TAILANDIA

Tailandia es un paraíso y su belleza es intensa. Un cuadro teñido de luz en cada rincón. Plagada de infinidad de espacios verdes y parques naturales, está cubierta en un 25% de bosque natural.

Desde la abundancia del norte y sus montañas frondosas, cascadas, zonas rurales y templos imponentes; a las llanuras del centro y la costa del sur con playas de arena blanca y agua turquesa, peñones que brotan del mar, acantilados y manglares.

Tailandia además es sinónimo de cultura libre. Es el único país del sudeste asiático que nunca ha sido colonizado por una potencia extranjera. Sí ha recibido gran influencia de China y de la India, pero alrededor del 75% de su población étnica es tailandesa. Es una tierra auténtica que nos invita a adentrarnos a costumbres y artes milenarias qué siguen dando color a sus pueblos. Vivir sus fiestas tradicionales, bailes, como la Fiesta de la Luna Llena, o los mercados de Tailandia, algunos acuáticos, y recorrer sus puestos ambulantes de frutas y comida callejera. Es que Tailandia es un verdadero paraíso gastronómico que nos sorprende con sabores versátiles.

Completamos nuestro viaje experimentando su espiritualidad. Tailandia es un país muy religioso, el 95% de la población es budista y esta filosofía impregna todo el estilo de vida tailandés. Vemos a sus monjes recorrer las islas, recogiendo ofrendas y dando bendiciones y sus pueblos destacan por su extraordinaria simpatía y amabilidad. Las sonrisas son las grandes protagonistas y no por nada, es el destino más family welcome del sudeste asiático.

Un proverbio tailandés dice “Sanuk, Sabai, Saduak”, es decir “sé feliz; permanece sereno; conténtate con aquello que la vida te ofrece”. Y este será sin duda uno de los grandes aprendizajes de nuestro viaje.

Wilders

Tailandia es infinita, como los múltiples transportes que usaremos. Mototaxis, tuk tuk, barcos sagrados, trenes nocturnos, los paseos son ilimitados. Bangkok es la ciudad que no descansa y nos reciben caótica para adentrarnos a la cultura local. Desde allí llegamos al Parque Histórico de Ayutthaya, un conjunto de antiguos templos y palacios, declarado Patrimonio de la Humanidad. Y si de templos se trata, destaca el de Wat Pho, conocido como el Templo del Buda Reclinado. Visitamos también Chiang Mai “La Rosa del Norte”, rodeada de montañas y su legado cultural con 300 templos. Y entre las joyas naturales está el Parque Natural marino Tarutao, en el mar de Andamán y su isla Ko Lipe, considerada una de las más hermosas de Tailandia.

¿Qué comemos?

Tailandia es uno de los mayores exportadores de cocos y éste es uno de sus principales ingredientes. La base de sus platos es el arroz y gracias a la variedad de frutas y verduras, sus platos son equilibrados y nutritivos. Su gastronomía se caracteriza por combinar sabores como el dulce, el amargo y el picante. Destaca el Pad Thai uno de los platos más populares y las imperdibles sopas Thai, como el Tom Yum Goong.
Para las niñas y los niños, podemos optar por las opciones más sencillas. Y a no tenerle miedo a la comida callejera que es confiable y que preparan al momento.

Tailandia sostenible

La biodiversidad de Tailandia es una de las más ricas del mundo. Posee el 10% de las especies animales del planeta, como monos, gibones, elefantes, nemos e incluso tiburones ballena. Tailandia protege sus territorios pero no son claras las leyes de bienestar animal. Esto genera una situación crítica para elefantes y monos, utilizados para la explotación comercial. El 60% de los elefantes de Tailandia son cautivos. Por eso, visitaremos centros de conservación y santuarios para apoyar su protección. Tailandia además es conocida por su variedad de frutas y flores, siendo la orquídea la más emblemática. Destaca el Parque Nacional Khao Sok, considerado una joya, cuyos bosques se dice que son los más antiguos del mundo.